....nos vemos en abril...

Un buen amigo me dijo un día que cerraba su blog porque no quería convertirlo en un diario de penas. Yo le dije que escribir también era una buena terapia y él, aunque no pude verle, sonrió. Supongo que siguió escribiendo entonces y seguirá escribiendo ahora, aunque no publicando.
La cuestión es que yo tampoco quiero hacer del recreo un diario de penas ni contaros cada día como me quedo sin fuerzas, me hundo y renazco como un ave fénix (como dice Pedro).
Por eso, y porque tengo que centrar todas mis fuerzas en lo importante, cierro el recreo hasta nuevo aviso.
Promet volver, antes o después, pero volver para contaros que todo salió bien, que todo se arregló y que volvemos a sonreir como entonces.
Espero no tener que esperar a abril para ello.
Se os quiere y ya se os echa de menos.

...a mí me faltan las fuerzas y el coraje...

1. Barcelona fue tan agotador como bonito. Me quedo con Santa María de la Mar (ya estoy a muerte con La catedral del Mar) y el parque Güel. Una pasada.

2. J tiene la extraña cualidad de reaparecer cuando menos te lo esperas y más pareces necesitarlo, con su media sonrisa y gestos cómplices. Ire piensa que es una señal, yo que casualidad. Al final seguro que ella tiene razón, como siempre.

3. Ni siquiera esas medias sonrisas y los planes futuros hacen que me lleguen las fuerzas. Suerte que estaba ella, como siempre, para sujetarme cuando caía. Pese a todo, sigo sin fuerzas y sin coraje para afrontar todo esto. La racha dura ya demasiado, ¿no?