miércoles, mayo 27, 2009

...contigo aunque no estés...
Después de un montón de meses sin escribir nada en el blog, me planteé que lo mejor era cerrarlo porque no tenía mucho que contar ni mucho tiempo para contarlo. Con la muerte de Antonio Vega, El sitio de mi recreo adquiría un tinte triste que me llevó a decidir cerrar este espacio sin despedirme, pero luego pensé que no. Que aunque hay poco tiempo para escribir (y publicar) esta sigue siendo la mejor terapia y que merecía la pena seguir contando lo que pasa por nuestras cabezas.
Había decidido empezar por un capítulo feliz, muy feliz, el más feliz de los últimos casi 24 años: el nacimiento de Rocío. Pero la vida, con su caprichoso ir y venir, vuelve a jugártela y te deja descubierto bajo la lluvia y toda esa felicidad se tiñe de negro y te olvidas de ella porque no eres capaz de ver más allá de tu pena y de los recuerdos.
Al volver del recreo (del de verdad) decidí que la primera entrada de este blog en serio seria una lista completa de Cosas que hacen que la vida valga la pena, que son muchas. En cuanto sea capaz de ponerlas sobre el papel (o la pantalla, en este caso), volveré exactamente igual que ayer.