Que el fin del mundo me pille bailando (en Valfer)
Con tanto estrés de cumpleaños estos días no he tenido tiempo de poner un post en condiciones hablando de las fiestas de mi Valfer querido, que fueron este fin de semana. Aún me dura la afonía así que podéis haceros una idea de cómo fueron.
El viernes, recuperada mi añorada libertad post-exámenes, llegué a Valfer y Alberto y yo nos pusimos manos a la obra a colocar lo que faltaba y esperar que fuese llegando la gente. Y ahí estábamos todos, o casi todos, a eso de las 10, deseando que empezase el cachondeo y sin creernos que ya hubiese pasado un año desde las anteriores.
La primera sorpresa fue la llegada de Elenita (en el centro con Lorena y conmigo), a la que vi de lejos y reconocí por sus andares. Me dió la alegría de las fiestas. ¡Con el tiempo que hacía y todo era como siempre!
La fiesta del viernes, que se redujo a la peña y algún que otro espontáneo, acabó antes de lo que hubiese querido porque me dio un ataque de tos que yo creía que me ahogaba y Sonia me soltó un: "Laura, haz el favor de irte a dormir que sino mañana ya verás". Y cuando Sonia se pone seria hay que obedecerla. Eran las 6'30.
El sábado amaneció también antes de lo que yo hubiese querido: a las 10'30. Tras un desayuno copioso y una ducha rápida ya estaba en la plaza con mi camiseta naranja y ganas de servir cervezas en la barra a diestro y siniestro.
La sorpresa del sábado fue la exposición de fotos antiguas que preparamos para nuestros mayores, que fue muy aplaudida por unos emocionados padres, tíos, abuelos y lugareños en general.
A la hora de la comida: caldereta para todos, concurso de tortillas y postres, rifa, concurso de pasodoble y la gynkana y regalo de Julio. ¡Qué agotamiento!
Las dos mejores cosas del sábado estaban por llegar: la visita relámpago de Raúl y la fiesta de disfraces. Aquí no caben comentarios. Las risas que nos echamos aún resuenan en los montes de Valfer así que os dejo unas fotos y os imaginais el resto. Yo iba de Gustavo, el reportero más dicharachero.
El baile del sábado-noche prometía. No en vano nos habíamos gastado 3000 aurelios en contratar a Zero, grupo famoso en la provincia por lo mucho que anima el cotarro y lo bien que tocan. Decir que no defraudaron es poco. Son los chicos más majos y más salaos que han pisado nuestro humilde escenario. El año que viene les vemos otra vez.
La noche del sábado se prolongó hasta el domingo por la mañana con cinco personas (Julio, Sonia, Chema, MªJosé y la que aquí escribe) desayunando café con rosquillas en la barra y riéndonos sin parar (literalmente) de 8 a 12 de la mañana. El resto fue un no parar de cervezas, comentarios de lo bien que había estado todo, de lo que íbamos a hacer al año siguiente y la comida de mi cumpleaños.
Anécdotas: miles. Risas: millones. Ganas de que lleguen las próximas: Trillones. Aquí Irene resumiría con algo así como: Barra libre todo el finde: 30€ Camiseta de la peña: 10€ Contratación del grupo: 3000€. Unas fiestas con mi gente y en mi pueblo: No tienen precio.
Aprovecho para dar las gracias desde aquí a todos por vuestras felicitaciones y para mandar el más cariñoso de los besos y el más fuerte de los abrazos a mi Miri. Ya sabes que decir que te quiero es muy poco para tí. ¡Feliz Cumpleaños!
Anécdotas: miles. Risas: millones. Ganas de que lleguen las próximas: Trillones. Aquí Irene resumiría con algo así como: Barra libre todo el finde: 30€ Camiseta de la peña: 10€ Contratación del grupo: 3000€. Unas fiestas con mi gente y en mi pueblo: No tienen precio.
Aprovecho para dar las gracias desde aquí a todos por vuestras felicitaciones y para mandar el más cariñoso de los besos y el más fuerte de los abrazos a mi Miri. Ya sabes que decir que te quiero es muy poco para tí. ¡Feliz Cumpleaños!