Sangro, lucho, ... pervivo

Dice mi profesor de Historia Social del Cine y de Relatos Históricos Audiovisuales que el objetivo principal del director de películas es sacar la Historia a la calle. La Historia con mayúsculas, la de Collón, los reyes Godos, Napoleón y toda la prole y la que aparece en los libros de texto.
A esto yo añadiría que hay películas que muestra valores e ideales a unos y contribuyen a reafirmarlos en otros. Creo que este es el caso de "Las trece rosas", que tuve el gustazo de ver ayer en el cine.
Independientemente de que las actrices estén brillantes (y eso en la chica de Los Serrano es decir mucho) y de que el público saliese de la sala mudo, con pañuelos y lágrimas en los ojos, la película cuenta una historia que debería haber sido contada mucho antes.
Probablemente esta historia tenga ahora más sentido que nunca, con la aprobación de la Ley de Memoria Histórica (de la que ni opino ni pienso).
Virtudes, la rosa más combativa, dice algo muy importante: "Lo importante es que no nos olviden. Que nuestra historia sea recordada".
A mí la Historia (con mayúsculas) me ha enseñado mucho más que historias de dictadores, guerras, batallas, conflictos, elecciones y constituciones. Me ha enseñado que de los errores debe aprenderse y que ciertos hechos no deberían repetorse nunca.
Que debe evitarse por todos los medios que hermanos maten a hermanos, que se pueda asesinar a alguien por sus ideas y matar por ellas. Como dice el monumentos a las Víctimas del 11-m "sería capaz de morir por mis ideas, nunca de matar por ellas".
Quizá todos deberíamos molestarnos en ver una segunda lectura en esta película, en ahondar en la idea de que no podemos estar eternamente a la gresca, peleando por un poder que no merecemos y por unos políticos que merecemos menos.
Quizá "Las 13 rosas" puedan enseñarnos aquello que no debemos repetir. Quizá Doña Carmen debería intentar aproximarse a lo que Virtudes pensaba y Virtudes debería haber entendido a Doña Carmen.
La Historia (con mayúsculas) nos ha dado una lección que algunos se empeñan en no aprender. Ellos mismos.
Yo mando un montón de rosas a aquellos capaces de aprender y que intentan hacer de este mundo un lugar mejor.
Y, como las 13 rosas, grito que España podrá ser una grande, pequeña o mediana, pero yo siempre seré ¡libre!