Feliz Año Nuevo

Si la Nochebuena fue diferente, la Nochevieja parece llevar el mismo camino.
El año pasado por estas fechas ya aventuraba lo desgraciada que era al no poder recibir el año con mi Raúl y mi Miriam. Y no me equivocaba. La desgracia ha continuado durante todo el 2007. ¡Vaya añito! ¡Y me lo quería perder!
El 2008 también lo recibiré sin ellos y espero que vaya mejor que este maldito año impar que ya nos deja. No pido tanto. Es difícil que vaya peor.
Será una Nochevieja diferente, decía. Habíamos planeado ir a comernos hoy las uvas a la Plaza Mayor para ir practicando, pero lo hemos pensado mejor.
Eso sí, mañana por la tarde me calzaré unas zapas y me voy a la San Silvestre. ¡Que no cunda el pánico entre los que me conoceis! No voy a correr. Correr es de cobardes. Siempre me lo ha dicho mi padre. Pero este es el primer año que mi padre no va a poder correr la San silvestre y ayer me ofrecí voluntariamente, de motu propio que dicen los pijos, a hacer los 10 kilómetros andando.
Pensándolo bien no es para tanto. Es como ir a Utande y volver y eso Laurita y yo lo hemos hecho cienes y cienes de veces con la gorra.
Después de eso toca cena en casa de los abuelos (como todos los años) y después con los amigos al Stromboli. Es el primer año de mi vida que sé lo que voy a hacer en Nochevieja antes del 31 de diciembre. Estoy segura de que lo pasaremos muy bien. Y aquí dejo por escrito que pienso beberme hasta las copas de los árboles y tomar de todo menos decisiones. Que hay que ahogar un montón de malos recuerdos y brindar por los buenos momentos vividos.
Al 2008 solo le pido vivirlo con los que más quiero; que mi papi, mi tío y Joao crucen la línea de meta y se repongan del todo, todo y todo; que pueda recibir el 2009 con mis abuelos en su casa y, si acaso, alguna pequeña sorpresa (agradable, por favor).
Y para vosotros: kilos y kilos de felicidad. Que lo paséis bien y seáis buenos.
¡Feliz 2008!