domingo, diciembre 17, 2006

Me pareció ver un lindo gatito...
1. El viernes me empaché de espíritu navideño en la peluquería venga oír y venga oír el mismo cd de villancicos. Me cortó el pelo Sara que hizo con mi melena lo que el dio la gana y, aún dejándome muy bien, no me hago a llevar el pelo tan corto.
El caso es que salí supernavideña de allí y me propuse continuar con la sensación. No queda más remedio que pasar estas fechas así que habrá que hacer lo que se pueda por disfrutarlas.
Ayer me atreví a ir al centro a ver las luces, que es una de las cosas que más me gustan de la Navidad. El tramo de la puerta de Alcalá a Cibeles me encantó, incluídas las margaritas que le han puesto a mi fuente. La Gran Vía también me gustó y la Plaza Mayor. Lo que menos: Preciados. Las del año pasado, blancas y azules, eran más elegantes, para mi gusto.
El caso es que pase una tarde estupenda. De 10. Poco a poco vamos consiguiendo que el negro se vaya destiñendo a base de sonrisas y buen rollo.
2. Se ha montado una revolución a mi alrededor con el tema "El hijo secreto de Alejandro Sanz". Todo el mundo me pregunta que qué opino como si mi opinión sobre Alejandro sentase cátedra o algo así. A mí, la verdad, ni me va ni me viene. Nunca he prestado atención a esas tonterías de está con esta o con esta otra, pues no se quien me ha dicho que es gay, pues no se cuantos me ha dicho que tiene un hijo por ahí... A mí me gusta él porque sí, porque es él y es único. Porque me emociona con sus letras y su música. Y ya es bastante.
3. El viernes volví a mi colegio después de 10 años sin pisarlo. Nada más entrar en "El Larra" me encontré con la conserja: "¡Emilia! ¿Qué tal? ¿Te acuerdas de mí?" "¡Uy, que alegría! Si te veo por la calle no, pero aquí sí. Tienes la misma cara que cuando era pequeña, Laura"
Me contó que por allí ha cambiado todo mucho, que no quedaban profes de mi época, que el director también se jubiló y que lo estaba pasando muy mal porque la gente nueva no era tan amable. "Para mí no son de mi familia. Ya sabes".
Nos despedimos y me fui a la reunión de técnicas de estudio a la que tenía que asistir sin saber muy bien donde estaba la clase de 6ºB a la que tenía que ir pero absolutamente convencida de que estaría enfrente de 6ºA, mi última clase allí.
Al subir las escaleras para llegar a las clases de Primaria casi me da un infarto. Allí no quedaban ni estepencias (como diría Laurita) de lo que un día fue mi cole. Han estrechado los pasillo para hacer las clases más grandes y de cada aula han hecho dos. Los baños son más pequeños, el aula de teatro también, mi clase de baile es la biblioteca y el laboratorio el almacén de los balones y colchonetas de educación física. Las paredes, antes amarillas, ahora son rosas y las puertas, marrones en mi época, azules. Seguía habiendo tablones por los pasillos, niños corriendo, profes empeñados en que saliesen en fila y agarrados a la barandilla y la música de "Figaro", la radio del cole.
A mí me entraron unas ganas terribles de llorar. Fue como si de una bofetada me hubiesen devuelto a mi infancia para robarme después un trozo. Me acorde de Pedro Páramo, de Sabina y de que "al lugar donde has sido feliz no deberías tratar de volver" (que temazo "Peces de Ciudad")
De mi época en el Larra solo quedan dos profesores: Javier (de inglés) y Ángela (de música). Vi a Javier al final del pasillo. Ya no es el profe joven y atlético que nos daba clase de inglés con canciones y películas. No pude saludarle porque la reunión me esperaba.
El día que dejé el cole para irme al instituto salí de allí llorando, pensando que no volvería a ver a esos profes a los que tanto cariño tenía y convencida de que el instituto sería mucho peor. Después dejé el instituto también entre lágrimas y prometiendo que iría a menudo a ver a los profesores y contarles qué tal por la universidad. Creía estar segura de que no me iba a importar en absoluto dejar la Universidad pero, visto lo visto, ya no digo nada.
Cuando salí de la reunión fui a despedirme de Emilia. "Que me voy ya. ¡Vaya cambio todo! Este no es mi Larra". "Y tú que lo digas, hija. ¡A ver si vuelves a pasarte diez años sin venir!"
Esta semana me pasaré por el instituto.

2 comentarios:

Laura Abella dijo...

Uy! Que reflejada me he sentido!!! Yo sueño a menudo que entro al edificio de mi colegio de EGB. No importa la temática, a veces se supone que no es el colegiod e EGB y yo entrod e adulta a hacer cuaqluiera otra cosa o cuaqluier otra situación. Pero hay algo, en el edificio que sé que spy consciente de que ese es mi "LIceo Mallorca". Que ya no lo es, que ahora es el edificio del gremio de no sé qué. A veces pienso en entrar, pedri permiso al pasar por allí no sé. Sé d egente que lo ha hecho, pero sospecho que me daría un vuelco el corazón.

De la Uni no te vas llorando, pero sí radiante, al ver la última nota. Ya lo verás.

besito, buen lunes

Joao dijo...

Volver a la infancia tiene peligros. Los baños son más pequeñitos y la gente de octavo de parecía super mayor... Por cierto, muy bueno de la supuesta madre. Lo voy a copiar, ahora, seré un periodista supuesto, te lo juro.