Seguiremos locos...

Nunca sabré explicar la sensación de mandar una carta sin saber si habrá o no una respuesta.
Detesto el desasosiego que me producen los comentarios por hacer, las preguntas por plantear, las cenas por compartir, las copas con las que brindar...
Odio sentir que he perdido el tiempo, que debería haberlo empleado en otra cosa en lugar de hablar de otros. Que debimos comprender que el "nosotros" era más importante que el "ellos".
Ahora tengo la certeza de que todo lo compartido era verdad, que se mostró sin dobleces, sin tapujos, sin mentiras... ¡diga el mundo lo que quiera!
Desde hoy, no voy a renunciar ni un solo minuto a la frivolidad de la que habla Grelinho para andar más ligero el camino y lucharé hasta el último aliento por conseguir lo que quiero. Porque "puedes ser lo que quieras ser".
Porque a nosotros siempre nos quedarán los bailes con espigas y las cajas de plastidecor y alpino por compartir. Porque nos veremos paseando por los caminos de El Retiro, rellenando páginas en la Moleskine, compartiendo un té en alguna terraza de La Latina, escribiendo artículos que quizá nadie lea... Porque siempre quedan cosas pendientes. Tantas, tantas cosas...
Porque, en lugar de lamentarse por todo lo que quedó por hacer, es mejor brindar por lo hecho. Y yo pienso hacerlo con mi amiga "la ratita". Porque sabemos que te gustaría, porque nos apetece brindar por tí y porque mereces eso y más.